Hoy venían en un diario regional unas declaraciones de Christian Manrique, presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, en las que decía que se reuniría con el Ayuntamiento de Santander las veces que hiciera falta. Lo cierto es que la historia de este desencuentro no es propia ni del alcalde actual ni de él, sino más bien de sus predecesores, pero ellos, a pesar de todo, tampoco han sido capaces de arreglarlo. Se han hecho pequeños avances y pequeños retrocesos que han dejado la situación tal cual estaba. El Puerto, cuyo frente está absolutamente infrautilizado, quiere mangonear en lo que el Ayuntamiento desea hacer una vez que esos terrenos pasen a ser de todos los santanderinos, mientras que estos están metiendo presión por todos lados porque saben que la ciudad se queda pequeña. Y, como siempre que hay dos partidos enfrentados en este tipo de cosas, el perjudicado es el ciudadano de a pie, que ve cómo se le sigue "hurtando" algo que daría más espacio libre a una zona mal planteada de inicio y con unos problemas de hacinamiento gravísimos. Piensen ambos, por tanto, en lo mejor para los que les votan porque luego no me extraña que lleguen las Elecciones y no acuda a las urnas ni el Tato. La gente quiere ilusión, no enfrentamientos baldíos.
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1 comentario:
Este tio es un tracas. Pasamos de Del Olmo a este con vistas a mejorar y la cosa va igual de mal... ¿quien le ha colocado aqui?
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