¿Quién miente con los molinos?

El tema de los famosos molinos eólicos está más caliente que nunca. El último en salir a la palestra ha sido el alcalde de Santander al afirmar que "alguien está mintiendo en todo esto". Igual la pregunta debería ser ¿quién no está mintiendo en todo esto? Porque a mí no me cabe duda de que habiendo políticos por el medio, la mentira es compañera de viaje. Acabaremos enterándonos, pero para entonces igual tenemos la bahía de Santander destrozada por los molinos o un déficit energético por la ausencia de ellos. Está claro que las energías alternativas deben dejar de ser eso y convertirse en fundamentales, pero todo lleva un proceso, y, de momento, el tema del viento no parece tan claro. Las centrales nucleares siguen siendo las mayores productoras de energía aunque tienen el inconveniente de la seguridad. Lo que tampoco puede hacer un país avanzado es cerrar todas sus centrales y plantar molinos por doquier, y menos en España, país eminentemente de servicios y que vive del turismo. Se conseguirían dos cosas: tener que pagar a Francia, Alemania o Marruecos por la energía y perder a millones de turistas y miles de millones de euros que dejan. No hay que ser drástico ni demagogo sino buscar un equilibrio. Y para eso parece que los políticos no sirven.