Revilla y Nacho Diego, como si del día de la Marmota se tratase, se han metido en un bucle de críticas de uno al otro y del otro al uno que deja bien a las claras el tipo de dirigentes que tenemos en Cantabria. Revilla se defiende de Diego atacándole y éste ataca a Revilla acusándole de favorecer a sus amigos, como ya hizo, según el presidente pepero, con el caso del Bojar. Revilluca sale diciendo que él nunca ha favorecido a sus amigos ilegalmente, y que Diego es el "poeta de la catástrofe". Creo que ambos tienen parte de razón, pero lo que es indudable es que a Revilla le va la marcha y le encanta enfrentarse a cuantas cámaras se le pongan por delante. Para mí, hace tiempo que pasó la línea que separa potenciar la imagen de Cantabria fuera de nuestras "fronteras" de convertirse en una especie de bufón moderno, que con sus gracietas entretiene a la corte. Ciertos comportamientos no son dignos de quien representa a 500.000 personas. Y ya sé que saldrán los que se la pillan con papel de fumar a decir que nunca se había hablado tanto de nuestra región. Pues qué queréis que os diga, igual prefiero menos histrionismo y más trabajo, que en viajes se les va a los consejeros y presidente bastante tiempo. Será que son viajes en representación de Cantabria, ¿no?
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1 comentario:
Siempre me habia gustado pero Revilla me empieza a parecer un ser digno de provocar pena.
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