Creo que casi cualquiera que sea de Cantabria o que viva aquí y lea el titular sabrá a qué me estoy refiriendo. Sí, amigos, a la fábrica de fibroyeso que antes de producir pidió un ERE sobre toda su plantilla. Pues bien, el siguiente paso parece ser su cierre antes de haber abierto. El Gobierno de Cantabria se afana ahora en encontrar un comprador para los terrenos y las instalaciones con el fin de mitigar el negativísimo impacto económico que ha tenido esta gestión chapucera y contra los informes técnicos que desaconsejaban la participación pública. Pero, claro, unos viajes a Costa Rica y un par de fotos vendiéndose como los salvadores de Cantabria eran demasiado botín como para dejarlo escapar. Lástima que el tiro les haya salido por la culata, porque lo curioso es que se equivocan unos pocos pero con el dinero de todos. Y, más aún, parece una desfachatez echar la culpa al gobierno del PP de hace 6 años cuando esto se ha firmado por el consejero Agudo y el presidente Revilla. Además, y aceptando eso, no hay que olvidar que el señor Revilla era el vicepresidente en aquel gobierno. Si tan mal le parecía aquello, ¿por qué no evitó primero ni después el despilfarro de dinero público en algo que no funciona ni lo va a hacer? Él mismo dijo que "lo de GFB era mérito suyo". Espero que sepa cargar también con las consecuencias que esto va a acarrear aunque no ha habido ni se espera que haya dimisiones.
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