Algunos sitios de copas de nuestra maravillosa ciudad demuestran cada fin de semana que vivimos en un país democrático en el que todos tenemos los mismos derechos. Lo ocurrido nos lo ha contado un amigo, al que ayer no le dejaron entrar, vulnerando sus derechos fundamentales, en un "chiringuito" al que no vamos a hacer publicidad gratis. Esta persona (de 27 años) fue a entrar al susodicho "garito" con sus amigos y uno de los porteros (nacido en algún país del este de Europa) le solicitó su DNI, mientras que otro de los "vigilantes" decía: "veintisinco anios, veintisinco anios" (con el mismo acento que su colega). Nuestro conocido sacó su Documento y, sabedor de sus derechos, se lo fue a mostrar pero no se lo dio (sólo hay obligación de entregarlo en mano a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado). El "elemento" en cuestión le insistió en que se lo dejase, a lo que nuestro amigo se negó de nuevo mientras se lo enseñaba por la parte de atrás, donde aparece la fecha de nacimiento. En ese momento, el tipo le dijo: "Si no me lo dejas, no entras", directamente y vulnerando varios artículos Constitucionales a la vez. La persona que conocemos se dio media vuelta y se fue sin montar ningún escándalo, pero el portero todavía le dedicó un: "Ensima chulito". Bien. Muy bien. Habría que ver si este establecimiento en cuestión paga la licencia correspondiente para limitar la entrada a mayores de 25 años -lo cual dudamos- , y, sobre todo, y mucho más grave, si no venden alcohol a menores de 18 años -lo cual también dudamos-. Una vergüenza inconstitucional al lado de la comisaría de la Policía Nacional en Santander.
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1 comentario:
Si no me equivoco, hay una comisaría de policía a apenas 50 metros del susodicho garito. Y encima cuesta abajo.
Por cierto, en ese antro dan garrafón.
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