La jungla verdiblanca

Ayer pasé por los campos de Sport de El Sardinero a las 17:30 horas -se jugaba el Racing-Deportivo- y no pude resistirme a hacer una foto de la caótica situación que se crea cada vez que el conjunto verdiblanco disputa sus partidos de casa. Coches en las rotondas, a ambos lados de las carreteras y, sobre todo, dejando sólo un carril de ida y otro de vuelta en la autovía del Sardinero -la S20-. Es lamentable y todo, evidentemente, con la connivencia de las autoridades, que conocen perfectamente el problema pero que no les apetece solucionarlo porque hay muchos aficionados al fútbol y eso serían demasiados votos perdidos como para permitírselo. ¿Y el resto de ciudadanos? Pues a joderse tocan porque otras soluciones parece que no existen. No se puede potenciar el uso de los autobuses o establecer lanzaderas para que la gente que viene de la provincia por esa vía aparque en las afueras. No. No hay solución. Es mejor colapsar el Sardinero y al que le moleste, ajo y agua, que esto es fútbol. Y eso sin pensar en alguna situación comprometida, que exija el acceso de bomberos y ambulancias. De producirse, todos se echarían las manos a la cabeza y hablarían de mala suerte, cuando lo cierto es que la imprevisión y la chapuza están a la orden del día y mirar para otro lado no soluciona las cosas.