El secretario de Organización del PSC-PSOE, Pepe Guerrero, ha sido de los últimos en meterse en el fangal en el que se está convirtiendo la elección de secretario general -será secretaria porque las dos candidatas son mujeres- de este partido. Dice que el proceso está siendo cristalino. Gorostiaga y sus acólitos siempre han propugnado que la diferencia entre ellos y los "otros" era abismal, pero no debe ser tanta porque están haciendo, según Blanca Rosa, todo lo posible por pisotear su candidatura. Es lógico porque son muchos estómagos -incluidos los de algunos consejeros y directores generales del Gobierno de Cantabria- los que dependen de ese plebiscito de noviembre. Y, claro, cuando las cosas tocan a la barriga, se secuestra, se viola y se mata, si hace falta. También, cómo no, se embarra el terreno, aprovechándose de la maquinaria del partido, para dejárselo al candidato oficial más fácil. Y esto parece ser que es lo que está ocurriendo, porque no se le ha facilitado a Blanca Rosa el censo de los que pueden votar para mostrarles, de esta manera, su idea de futuro del PSOE. Creen los que lo dominan ahora que ellos son mejores y que es mejor decidirlo por todos. Son de izquierdas, pero ya se demostró su talante democrático cuando se eliminaron las primarias antes de las Elecciones regionales de hace 5 años, no fuese alguien a adelantar a Lola. Así funciona esto, amigos. Mierda, mierda y más mierda.
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