Javier del Olmo, consejero de Industria del Gobierno de Cantabria, está pendiente de varios asuntos con la Justicia por su "gestión" como presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, donde, por cierto, ha encontrado un digno sucesor en la persona de Christian Manrique. Ha estado una buena temporada por Asia buscando empresas y lugares para la proyección internacional de la economía cántabra. Mejor que haya estado allí. A su vuelta, y, aún sabiendo que es obligatorio, ha decidido, motu proprio, no entregar el libro mayor de Sodercan y de otras 8 empresas públicas cántabras porque, según él, un informe del Gobierno lo desaconseja al incluir datos personales. Tras la polémica de los sueldos de esa sociedad -casi 6 millones de euros al año- nos sale este paternalista diciendo que, claro, él quiere ofrecer la documentación a la oposición, pero, para su desgracia, sus colegas consejeros le han dicho que de eso nada, que no puede. Del Olmo está triste porque quiere que el PP tenga todo ese papeleo y que los ciudadanos sepan en qué, cuánto y cómo se gastan sus impuestos los gobernantes. Otra vez será del Olmo, que ya sabemos que no tenéis nada que ocultar y que vuestro principal objetivo es la transparencia. Faltaría más.
jueves, 18 de diciembre de 2008
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