Sin entrar a enjuiciar la labor de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, a Revilla, como casi siempre, se le ha ido la mano y en el acto navideño de la Policía Nacional ha dejado perlas como "el sentir unánime de orgullo de los cántabros hacia los cuerpos policiales".
Bien está el que sea un poco populachero, pero el hecho de que que sea el presidente del Gobierno de Cantabria no le da el don del conocimiento ni el de consensuar, porque lo que está claro es que no todos los cántabros estarán satisfechos con esa labor. De hecho, si hacemos una encuesta igual alguno -incluso Revilluca- se llevaba una sorpresa.
No quiero con esto ponerme en contra de las autoridades, pero lo que es evidente es que hay que respetar las opiniones discordes, no como Revilluca, al que si algo le parece bien se lo parece al resto de los cántabros. Esto, amigos, es algo que ya ocurrió en otros regímenes del siglo pasado, en los que si al jerifalte de turno le picaba la cabeza es que le picaba a todos sus súbditos, que no ciudadanos.
"Hay que educar a los niños desde pequeños a diferenciar el bien del mal, que los buenos son los policías y los malos los delincuentes y los terroristas". Esto es una gran falacia, porque está claro que los delincuentes y los terroristas son "malos", pero ha habido bastantes casos -sheriff de Coslada, por ejemplo- de policías corruptos y mafiosos. ¿Esos también son buenos, Revilluca? Déjenos tener ideas propias y no trate de imponer las suyas.
1 comentario:
Revilla es lo que tiene... que habla por todos y lo hace todo por todos...
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