Era una sala normal y corriente de las que había en aquella época en Santander, pero hace unos cuantos años decidió cerrar porque los cines de los suburbios se habían comido la mayor parte del pastel. Carlos Restegui, dueño del cine Los Ángeles, hizo unos cuantos movimientos y consiguió convertir su sala en cine municipal que costeamos entre todos y que cuesta la friolera -está en los presupuestos consistoriales de 2009- de 290.000 euros al año. 800 euros del ala al día. Desconozco las taquillas que se hacían cuando era un cine "comercial", pero 800 euros al día lo dudo mucho. Tampoco sé si eso es lo que se ingresa a Restegui y él se encarga de todo lo relativo a la organización de los diversos ciclos, pero está claro que si lo hace es porque le merece la pena. El PSOE ha pedido que ese gasto se corte de raíz y esas actividades relacionadas con el cine se realicen en instalaciones municipales. Por otro lado, no hay que olvidar al único cine comercial que sobrevive en Santander sin un duro de aportación pública y que se ve en la obligación de competir con otro que sí tiene y que está a 300 metros en línea recta. Hablo de los cines Groucho, que han sido ninguneados sistemáticamente, salvo 2 actividades menores, en favor de Filmoteca y Los Ángeles, que, en vez de ofrecer ciclos de cine clásico, han seguido poniendo cine actual a precios muy bajos. Algo falla en todo este sistema y hay que organizar mejor todas estas cosas que se hacen con dinero público, para no despilfarrar y para no hundir la iniciativa privada legítima.
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2 comentarios:
Es de traca. De quien es amiguito-colega?
totalmente de acuerdo. hay que buscar sinergias para revitalizar el centro, no promover una competencia desleal.
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