A algunos políticos parece que les va el tema de los estacionamientos bajo tierra. En concreto, el alcalde de Santander debe ser un auténtico fanático de ellos. Acaba de inaugurar el aparcamiento-cementerio de Alfonso XIII y ya va a por el de la plaza de Pombo, cuyas obras empezarán el 14 de enero. Parece que de esta manera se acabará de una vez por todas con las colas que se forman a ciertas horas y que salen hasta el Paseo de Pereda, ya que se pretende modificar la entrada asesina, tumba de muchos bajos de coche. Todavía quedan unos cuantos parkings más de aquí al final de la legislatura. Unos se harán nuevos y otros serán reformados, como el del Ayuntamiento, en el que los agentes de movilidad realizan su trabajo desviando incautos para que no bloqueen el cruce en el acceso. Una vez concluidos todos y tan sólo derribando las paredes que les separarán, Santander podrá contar con una especie de M-30 subterránea al estilo Gallardón. Eso sí, habrá que procurar que las plazas de residente se sorteen equitativamente, evitando de esta manera los trapicheos que parece que ha habido con otras concesiones, y que lo único que consiguen es aumentar los precios de un bien público por la especulación. Esperemos que estas obras mejoren la ciudad, aunque viendo la experiencia de otras acometidas recientemente desde el Consistorio santanderino, habrá que echarse a temblar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
¿Cuánto tiempo pasará hasta que Santander se quede hueco del todo y alguna ola haga que todo se hunda?
Madre mia, mas obras ¡¡NO!!
¿Tanta pasta necesitan limar que no hemos acabado con unas y ya están metidos en otra?
Publicar un comentario