He de reconocer que el fútbol no es lo que más sigo en este mundo, ni mucho menos, pero el éxito logrado esta temporada por el FC Barcelona debería hacer plantearse a todos los presidentes de equipos de fútbol si van por la dirección correcta. Laporta acabó la temporada pasada increpado por sus socios y salvando una moción de censura por un exiguo margen. Tuvo los arrestos de poner de entrenador a un hombre cuya experiencia como técnico se reducía a una temporada en tercera división. Eso sí, había logrado el ascenso a segunda b con el filial. Sin embargo, había muchas capacidades que se fueron descubriendo posteriormente. Entre ellas, las de confiar en los chicos de la cantera y no despilfarrar con los fichajes. Los justos para mejorar el equipo. Y la máquina ha funcionado tan bien que se han llevado la liga, la copa y la copa de Europa. Ahí es nada. Y con un rasgo que algunos han criticado como falsa modestia: no permitir que sus jugadores se confiaran ni ponerse flores. Con esto también demuestra que hay buenos entrenadores en España y que no hay que recurrir a otros de fuera para llegar a lo máximo. El Barcelona lo ha conseguido este año. Y no sólo, sino jugando al fútbol como nadie. Y eso sí que tiene mérito. Ahora les toca mantener lo logrado esta temporada, y les va a ser más difícil porque los rivales, empezando por el Real Madrid de Florentino -segunda parte-, ya tienen el cuchilo entre los dientes.
jueves, 28 de mayo de 2009
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1 comentario:
La envidia es muy mala, en todos los niveles y aspectos de la vida
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