martes, 8 de enero de 2008

Money, money, money

Pues sí, señores, después de unas fiestas en las que los gastos habrán sido notables, todavía nos engañan lo suficiente para que vayamos a las rebajas a fundir más pasta. Yo, después de ver ayer la cantidad de gente que había por el centro de Santander con bolsas de tiendas, ya creo que somos gilipollas y encima nos gusta. Respeto, por supuesto, a todos aquellos que van a comprar algo porque lo necesitan o les apetece, pero esas imágenes de la tele con la apertura de puertas y todos -normalmente, todas- corriendo como posesos en pos de algo, lo que sea, me parece de patéticos. Eso sí, ayer parecía que no trabajaba nadie, porque el que no estaba en el centro estaba en Valle Real, y el que no, en El Corte Inglés. Por cierto, lugar éste en el que, por la pinta, traen camiones de toda España con ropa de hace 15 temporadas a ver si alguien cae, porque tiene telita. No me extraña que cada vez vendan menos. Igual que el pequeño comercio, que espera recuperar lo que no ha ganado en navidades ahora. Lo llevan claro, me parece a mí. En definitiva, que creo que hay tiempo para todo y no hace falta hacer el ridículo por unas bragas o calzoncillos rebajados. Tranquilos que duran hasta el 6 de abril...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos los años la misma imagen de patetismo humano.
Es vergonzoso.

Anónimo dijo...

Lo que me parece increible es qeu sigan engañando a la gente con ropa de otras temporadas y demás enseres que quieren despachar... Aunque claro, si alguien lo compra, eso que ganan.