Partiendo de la base de que yo no creo que haya Justicia, lo cierto es que en los últimos tiempos, y motivado por una gran desgracia, los problemas de retrasos en las ejecuciones de sentencias han salido a la palestra. A cualquiera que tenga o haya tenido un mínimo de responsabilidad en este asunto se le debería estar cayendo la cara de vergüenza al suelo, pero el ministro actual del ramo, el señor Mariano Bermejo -el de la reforma en el piso oficial de 150.000 euros-, no sólo no dimite sino que dice que no hay colapso sino un problema de retraso endémico. La cuestión es utilizar palabrejas cuanto más ininteligibles mejor para liar a la gente y que un trasvase sea una transfusión de urgencia, por ejemplo. Un, dos, tres, responda otra vez. Llamar a grupos terroristas movimiento de liberación, criticar dictaduras de unos y no de otros... Y un sinfín más. Prometo hacer una colección de eufemismos. El caso es que el de la Justicia es gravísimo y, precisamente, Cantabria es una de las comunidades en que peor están las cosas. O sea, que podríamos tener un caso Mari Luz en cualquier momento. Esto lleva a una conclusión, que no se da pero no sé porqué: que cada uno se tome la justicia por su mano. Y eso es responsabilidad de los políticos y sus discusiones de patio de colegio eludiendo temas importantes y centrando el debate de la Justicia sobre quién tiene más jueces afines en el CGPJ, el Supremo o el Constitucional. Vamos, aplicados en el trinque y el chanchulleo. Y mientras, el vulgo clamando por una solución a un problema que se puede agravar aún más. Señores, un poco de decencia, por favor.
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2 comentarios:
La justicia no existe, al menos no para el ciudadano de a pie en las altas esferas, bueno tampoco, que a esos les sale todo bien siempre. Veremos que pasa con los "botines" y el agua mineral...
¿Que justicia? si haces algo y no tiene ninguna consecuencia. Los hay que no nos olvidamos del arbitro y sus "amigos".
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