Ultimamente, cada vez que bajo a hacer los recados cotidianos, bajo con la cartera, por si acaso... Recuerdo cuando todavía pagábamos con pesetas, cómo iba con mis moneditas para el pan y el periódico, pero ahora, cualquiera sabe, porque de un día para otro te puedes encontrar sin blanca para pagar un triste pan.
Primero nos vendían la moto de que los productores no cobraban lo suficiente y que ellos se quedaban con un porcentaje muy reducido del precio de mercado -dudo mucho que si el pan costara 5€ a ellos se les pagara más-, pero ahora parece que, una vez más, todo es cuestión de pasta: se está dejando de lado el cultivo de del trigo para plantar maíz, utilizado en la fabricación de biocarburantes y muy primado por la industria energética. Vamos, que como recientemente oí decir a algún erudito: "sube el pan porque destinamos los cereales a las máquinas". Proseguía su explicación mostrando lo absurdo del remedio contra la escasez y la contaminación de los hidrocarburos: "es como cortarse la cabeza porque se tiene jaqueca". Vamos, las famosas paradojas de Abundio, que vendió las botas para comprar betún, y el coche para pagar la gasolina.
La posibilidad de mejorar el precio del kilo de trigo, maíz o cualquier otro vegetal posible productor de biocombustible hace que los productores, aparte de encarecerlo, quieran especular, por lo que hay una buena cantidad de producción que no esta saliendo al mercado, en espera de "precios mejores".
Por si eso fuera poco, los precios de la leche empiezan a superar en algunos casos el euro por litro (supuestamente, casi el doble de lo que perciben los ganaderos). Revilla en Buenafuente dice que la culpa de todo la tienen los chinos, pero la Federación de Consumidores en Acción (FACUA) denuncia que ha habido concertación de precios. En fin, al paso que vamos, lo del pan y agua se va a quedar en el olvido y es que, a día de hoy, es más barato comprar un kilo de pasta que una barra de pan.
3 comentarios:
Pero ¿cuánto va a costar un triste pan? Con la llegada del euro sabíamos que el redondeo iba a disparar los precios pero la cosa ya pasa de castaño oscuro...
Y eso por no hablar d elos periódicos que pasaron de costar veinte duros a ¡¡UN EURO!! en poco tiempo (eso sí, algunos empezaron la readaptación poniéndose a 150 pesetas antes de la llegada de la nueva moneda). Menudo invento esto del euro, al que se empeñó en meternos desde luego que habrá que hacerle un monumento... para ir a tirar huevos y tomates...
El problema es que nosotros lo consentimos y lo compramos. Deberíamos hacer una huelga y no comprar pan en las panaderias que lo suben (en algún supermercado cuesta 40 centimos) pero claro, nunca hacemos nada más que quejarnos y así nos luce el pelo.
Sube el pan, y el pollo, y las cebollas, y la leche y... menos el sueldo, sube absolutamente todo. Y nosotros seguimos comprando.
Aquí todo el mundo se queja, pero luego la gete compra y come a diario por ahí y va al cine, y así... no se puede...
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