La noticia nos sobresaltó el sábado cuando nos enteramos de que se había declarado un incendio en el hospital de Valdecilla de Santander. Según afirmaron los medios de comunicación, dos chicas, que se encontraban con un familiar en coronarias, comenzaron a oler a humo. Con rapidez acudieron al mostrador de información más cercano a contarles lo que estaba ocurriendo. Las personas que les atendieron no dieron ninguna importancia al hecho y no les hicieron ni caso. Más tarde, el olor era más palpable y su preocupación fue tal que decidieron ir ellas mismas en busca del fuego. Como no podía ser de otra manera lo encontraron y volvieron sobre sus pasos para que llamasen a los bomberos. Menos mal. Gracias a estas chicas no estamos hablando ahora de una verdadera desgracia, porque la desidia de unos-as pocos-as irresponsables podía haberle costado la vida a muchos inocentes.
Por otro lado, en un principio se dijo que había sido un cortocircuito en un panel eléctrico, pero luego se ha demostrado que no había sido así, por lo que sólo queda que haya sido un cigarro mal apagado o tirado a una papelera. Es alucinante que la gente -yo lo he visto- siga fumando en el hospital con total impunidad -incluidos médicos y enfermeras- y nadie multe o haga algo por evitarlo porque, se ha visto, es realmente peligroso para todos, para los listos que fuman y para los pobres que pasamos por allí.
3 comentarios:
Buff, cuanto tiempo habré perdido yo intentando que me cojan el teléfono, y lo cojonudo es cuando luego vas allí y ves a lo que se dedican las chicas que se ocupan del telefono ¡¡A RAJAR!!
No me extraña que pasen estas cosas negligentes, desde luego, si no pasa más es oprque Dios no quiere.
Bueno, la sanidad pública y los vagos que trabajan en ella. Hay muchos que, como buenos funcionarios únicamente se colocan detras de un mostrador y el telefono está ahí, pues para crear ambiente con su musica celestial porque para hablar por el y contestar llamadas desde luego que no parece.
Es una vergüenza que gente así esté ocupandose de la salud de los ciudadanos.
Es por todos conocido la parsimonia de cualquiera de las recepcionistas, telefonistas o lo que quiera que sean del servicio cántabro de salud.
No hay nada mas que entrar en cualqueira de los centros, ambulatorios, etc. y pasar por informacion para ver lo que hacen la gran mayoria de estos trabajadores: NADA.
Lo que si se oyen son telefonos que suenan, gente que se desespera por una cita y gente que no consigue la informacion deseada.
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