Estaba más claro que el agua a que el famosísimo abogado José Emilio Rodríguez Menéndez no iba a regresar a la cárcel en el momento que tuviera la oportunidad de no hacerlo. Y así ha sido. Ni corto ni perezoso, tras un permiso de cuatro días, decidió que él se tomaba unos cuantos más, que le habían sabido a poco. Eso sí, sin avisar ni a la cárcel ni a la policía.
Para no molestar supongo, porque él sabe que tienen mucho trabajo y no quería causarles más. Un buen hombre y un gesto que le honra. El que no debe estar tan contento es el juez que firmó el permiso porque se la han metido doblada con todas las de la ley –y nunca mejor dicho-. Parecía que evolucionaba, que su familia le apoyaba y al juez le dio penita.
Desde luego, esta noticia me ha traído buenos recuerdos, de cuando iba a Crónicas Marcianas con Sardá y disparaba a todo lo que se movía. También me viene a la cabeza aquella magnífica revista de investigación: “Putas”. Un verdadero prodigio del periodismo moderno pero que la gente no entendió. Una verdadera lástima, la verdad. En fin, un hombre que a punto estuvo de morir tiroteado por unos sicarios que, presuntamente, había pagado su ex mujer.
Un tipo que, al estilo de Gil, no ha caído excesivamente mal entre el público raso. Luego ya lo que haya hecho o no es otra cosa, pero seguro que ha generado más peligro la huída de la cárcel de otros tipejos que la de Rodríguez Menéndez. En fin, éste es el país que nos ha tocado en suerte... Tiene sus cosas malas y sus cosas peores.
1 comentario:
Que yo recuerde, la revista se llamaba "Dígame". Aunque prefiero su título alternativo, Míster X: refleja mejor el contenido y espíritu de aquella morralla impresa, así como la opinión que tiene de las mujeres el ex abogado defensor del Mendigo Asesino.
Y si el mundo fuera justo, ahora habría un juez que se iba a tirar una temporadita "los lunes al sol", por listo.
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