viernes, 1 de agosto de 2008

Manual del hipócrita santanderino (extensible a otros)

Aún a riesgo de parecer monotemático, varios amigos han escrito para quejarse, por enésima vez, del tema de las casetas de la Feria de Santiago. Pero la queja, además de por la suciedad y la cutrez de las mismas, es por algo que, aunque está ahí, a muchos se les había pasado: en Santander está prohibido consumir alcohol en la vía pública.
No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que esta normativa municipal ha sido sistemáticamente olvidada en la pasada semana. Y no han sido los jóvenes del botellón, a quienes tanto critican los de mediana-tercera edad, sino ellos mismos, en un alarde más de hipocresía, los que han infringido la ley.
Con la connivencia, naturalmente, de las autoridades, a quienes habrán mandado mirar para otro lado desde la plaza del Generalísimo. Los que ahora callan, que habrán bebido vino y cubatas en la calle, serán los que, la semana que viene, sin más tardar, llamarán a la policía para que multe a cuatro chavales que estarán haciendo exactamente lo mismo que ellos. ¿Es posible ser tan fariseo? Sin duda.
También son los mismos que se quejan de la suciedad de los viernes y sábados por la noche y habrán tirado al suelo servilletas, vasos con líquido, trozos de pinchos, pan, etc. Vamos, que el Ayuntamiento se ha lucido en todos los aspectos. A ver si ahora que han acabado las fiestas siguen con la misma manga ancha para aquellos que beban en la calle. El año que viene llamaré yo personalmente a la policía local para que multe a estos “desalmados”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los viejos sí que beben en las calles, no hay más que verlos al mediodía en terracitas en el Paseo Pereda o en frente del Ferry y por las noches en la terraza de Cañadío. ¿Eso es legal?

Anónimo dijo...

En fiestas patronales esta permitido beber en la calle, repase usted la normativa, buen hombre.

Anónimo dijo...

Me apuesto un katxi de kalimotxo con chorro de vodka a que si pillan, durante las fiestas patronales, a media docena de chavales mamándose en la plaza de Farolas con cartones de vino y cocacolas los multan, o los echan o lo que quieran que hagan con ellos.

Está claro: un adulto que se bebe 15 txikitos es socialmente aceptable, un chaval que se toma dos copas "Made in Lupa" es una lacra para la sociedad.

Es fachander, ya se sabe.