Sí, amigos. Lo ha dicho el propio secretario general de Juventudes Socialistas de Santander, Pedro Casares. Según él, la ciudad se ha convertido -por no ceder a los encantos socialistas- en el lastre del partido a nivel regional. Su espinita clavada, vaya.
Debe ser que no se acuerda de cómo han llegado a "tocar pelo" en el gobierno de Cantabria. Desde luego no ha sido por ser la fuerza política más votada. Ni siquiera la segunda en las últimas elecciones. En definitiva, un batacazo tras otro que la secretaria general, doña Lola Gorostiaga, sigue sin admitir y que va a continuar abriendo brecha entre los propios afiliados cántabros. Está claro que ser vicepresidenta -en su caso- o alto cargo -en el caso de sus amigos- genera muchas rentas y que no están dispuestos, ni ella ni ellos, a perderlas bajo ningún concepto. El partido, desde luego, es secundario.
En cuanto al tema de la ciudad de Santander, donde han perdido elecciones los últimos 24 años de manera consecutiva, poco se puede decir. Sota se presentó a unas cuantas y fue barrido en todas por Hormaechea, Huerta y Piñeiro sucesivamente. Ya el hombre, cansado, dijo que prefería la dirección general de gestión local del Gobierno de Cantabria, que, además de un buen sueldo, le proporcionaba menos dolores de cabeza. Y en las últimas se presentó un candidato de 62 años que apostaba por los cambios y por la juventud. ¿Y por qué se presentó él? Nadie lo sabe.
En definitiva, y con pactos incluidos, como en las últimas elecciones, el PSOE ha presentado en Santander candidatos con ninguna posibilidad de ganar, además de por la propia idiosincrasia de la ciudad -básicamente de derechas-, por la ineptitud de sus candidatos para arrastrar mínimamente a las masas. Si Espinete se presenta por el PP les vence, y con mayoría absoluta.
1 comentario:
Aqui nadie suelta lastres, no hay mas que ver esas juventudes que hacen gala de un socialismo inexistente, la idea del socialismo ya acabo. Es gente que lo unico que sabe es ir a por lo que quiere y le interesa, sin importarle lo que dejen por
medio ni los principios de los que hacen, de un modo nefasto, gala.
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