martes, 24 de julio de 2007

La autovía de Las Llamas


Ayer salí a correr por el flamante parque de Las Llamas -¿o debería decir autovía de Las Llamas?- y la cantidad de asfalto me dio la sensación de estar corriendo por la autovía del Sardinero, la mítica S20. Es intolerable que, teniendo la oportunidad de hacer algo bonito, al estilo de Hyde Park, en Londres, o Central Park, en Nueva York, nuestros amigos gaviotines monten tal desaguisado. Se inauguró medio parque deprisa y corriendo para las elecciones, pero dos meses después, los árboles están podridos, no hay ni una zona de sombra, la cafetería no está abierta, los caminos -muy anchos, eso sí- son de asfalto, etcétera, etcétera, etcétera. Se empeñan en vendérnoslo como el pulmón de Santander, pero si es lo que nos va a hacer respirar, me temo que todos acabaremos con cáncer en el mismísimo. Y después de las elecciones, claro, se han ralentizado increíblemente las obras en la otra mitad que falta. ¿Realmente los ciudadanos somos tan sumamente ciegos como para no ver estas triquiñuelas electoralistas? ¿hay alguien que se crea que esto es fruto de la casualidad? Yo, desde luego, no. Un poco más de respeto para todos, que no somos gilipollas -algunos-.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo muy bien la relación entre la foto y el texto pero bueno, ilustra muy bien lo que pasa en esa especie de parque que más bien es una carretera con arbolitos a los lados.
No sé por qué pero me recuerda enormemente a las aáreas de servicio de las autovías, cuatro arbolillos entre carreteras, coches y polución.
Alguien debería hacer algo por la ciudad, si quieren vendernos un parque que hagan un parque, si quieren otra cosa que la hagan, pero que no nos engañen porque no todos somos tontos.

Anónimo dijo...

Pau, la foto de la noticia es del parque de las llamas.

Es impresionante la cantidad de obreros que había allí antes de las elecciones y la que hay ahora. En Mayo hacían tres turnos, los operarios trabajaban toda la noche con unos focos impresionantes que hacían que pareciera de día en el parque.

Ahora no hay ni tres obreros, y eso que el parque sigue a medias. En las jardineras crecen las malas hierbas porque no hay jardineros que se encarguen de cuidar de ellas. Y aún estoy esperando las aves migratorias que nos prometía el Diario Montañés.

Me da vertigo solo de pensar la cantidad de dinero que hemos tirado en hacer de prisa y corriendo un parque que ahora vamos a verse pudrir lentamente :(